Hasta hace unos años, la videoconferencia tendía a encajar en uno de estos dos ámbitos: empresas de la lista Fortune 500 con grandes presupuestos que tenían grandes salas de conferencias especializadas, que recuerdan a pequeños estudios de difusión; y organizaciones más pequeñas que tenían que buscar soluciones más rentables que afectaban a la calidad de la imagen y el audio. En ambos casos, las deficiencias en la facilidad de uso y la fiabilidad conllevaban frecuentes llamadas telefónicas al equipo de IT en busca de asistencia.
Uno de los claros culpables durante esta primera generación de soluciones de videoconferencia era la conexión a Internet, ya que aquellos que tuvieran mala conexión tenían que descifrar los diálogos irregulares con la visión borrosa de los que hablaban. Con estas restricciones en mente, se pretendía conseguir llamadas que fueran lo suficientemente buenas; después de todo, el propósito era ahorrar costes al eliminar la necesidad de viajar por reuniones presenciales.
En la actualidad, la videoconferencia de alta calidad no está al alcance de unos pocos, sino de unos muchos. La mejora del acceso a Internet de banda ancha de alta velocidad, las redes Wi-Fi y el 4G han favorecido la creación de servicios de consumo como Skype y Google Hangouts, mientras que las restricciones presupuestarias han intensificado aún más la necesidad de un modelo de negocio ‘virtual’ para organizaciones de todo tipo de tamaños y formas.
Todo esto supone un cambio de visión para una nueva generación de productos y aplicaciones profesionales. El enfoque consiste ahora en adaptar la usabilidad que todos adquirimos de forma instintiva de las aplicaciones de consumo, al tiempo que se mejoran en términos de fiabilidad, seguridad y flexibilidad.
Hay cinco tendencias que limitan el diseño de las últimas soluciones de videoconferencia: El papel del contenido multimedia como un catalizador para obtener reuniones más productivas (utilizando un sistema PCS-XC1 de Sony), reuniones que van más allá, conectividad en todas partes entre personas y productos (utilizando na cámara SRG-300SE), superación de la norma en lo que respecta a la calidad de imagen de consumo y cumplimiento de las expectativas de la instalación automática.
La SRG-300SE es una cámara de imágenes visuales HD multiuso, capaz de sincronizar audio y vídeo, al tiempo que transmite las imágenes a través de IP y, simultáneamente, las envía a un grabador de vídeo. El PCS-XC1 es capaz de proporcionar llamadas de vídeo de hasta 1080p, en las que se combina la portabilidad y facilidad de uso de las aplicaciones de consumo con la calidad de imagen, seguridad y fiabilidad de un verdadero sistema de videoconferencias H.323.
Estos dos productos son los principales ejemplos de una nueva generación de videoconferencias: una donde las organizaciones de todo tipo pueden contar con una buena experiencia y donde lo suficientemente bueno no resulta suficiente.
Opinión personal
En mi opinión creo que el desarrollo de las tecnologías ha facilitado mucho más el trabajo en las empresas y sobre todo les ha ayudado a reducir costes dado que ya no tienen que pagar viajes, dietas ni aportaciones económicas en caso de haberlas por viajar y también les ha ayudado a poder hacer negocios con cualquier sitio del mundo.
En definitiva creo que el avance de las tecnologías no solo beneficia a ciudadanos sino que también favorece a las empresas, y en caso de saber manejar dichas tecnologías bien, puede ser la mejor herramienta que tenga la empresa.
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