Es aquí donde cobran fuerza las palabras elegidas para comunicarse, cuyo contenido informativo hace que se genere una idea u otra, dependiendo de aquellas que decidamos escoger para transmitir la información, de su carga emocional, de su uso habitual o costumbre, de su connotación positiva o negativa, e incluso de su orden.
Algo que los medios de comunicación tienen muy presente a la hora de decidir la imagen que quieren vender, y el resultado que quieren causar en el lector.
¿Qué quieren contarnos, y de qué forma está escrito?
La carga del mensaje es algo que pasa desapercibido a simple vista, pero no ocurre lo mismo con la idea que nos deja un artículo, es decir, con el resultado con el que nos quedamos tras la lectura, ya que este, bien sea a través de una completa, o de aquella que solo se queda con el titular, acaba por contribuir a crear en la persona lectora una idea propia y personalizada de la situación que se lee.
Esto supone un gran problema especialmente cuando hablamos de lenguaje sexista, y se da cuando a través de una situación que cuenta la historia de una persona se manifiesta una idea que resta valor a la realidad (infravalorándola por su género), la exagera, la modifica, o incluso la aprovecha para vender (como ocurre con la sexualización).
El machismo en la prensa y su importancia
Es habitual leer una sexualización innecesaria de la mujer; ver como somos clasificadas por un estatus social según tengamos un hombre al lado o no; leer titulares que nos dicen que las mujeres han muerto, y no que han sido asesinadas; que nos dicen que aunque seamos dos si no estamos acompañadas por un hombre estamos solas; que el mérito de ganar una medalla olímpica es del hombre que entrenó a la mujer ganadora y no de sus capacidades; que las deportistas se preocupan más de sus modelitos y de estar sexys en los partidos que de ganarlos; o que nos hablan de los errores que cometimos al caminar por las calles a unas horas y con una ropa que no era la correcta.
Algunos ejemplos:
Más ejemplos: 60 ejemplos de machismo en la prensa
La comunicación escrita que brinda muchas veces la prensa sigue atrasando la llegada a la meta por la igualdad y generando ese pensamiento que influye en la educación de que la culpa es nuestra; de que nos vestimos para que nos miren; de que morimos por tomar malas decisiones y no por ser víctimas de maltratadores o asesinos; o de que nosotras por sí solas no estamos preparadas para ciertos trabajos sin depender de la ayuda de un hombre.
Y aunque el sexismo en la prensa es el más evidente en la comunicación escrita, encontramos otras formas que también contribuyen a fortalecer los roles de género y su sexismo:
Ver - Niña critica roles de género en la ropa
Puede que el día que le demos tanta importancia a lo que se lee como a lo que se dice, y entendamos que la lectura es un medio para educar y concienciar, los años de carrera invertidos por los periodistas merezcan la pena.
Los cambios se comienzan generando nuevos mensajes, y eso implica la comunicación escrita.
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