Hace unos días, concretamente, el día 17, se celebró en el Congreso una de
las reuniones entre el Ministerio de Trabajo y los distintos sindicatos para
tratar la subida del SMI (salario mínimo interprofesional).
La reunión fue sucediendo con normalidad, hasta que, las opiniones de unos y otros no concordaron, y “estalló la bomba”. En concreto, sucedió en el momento de decidir la cuantía económica y los plazos de su aplicación.
Esto ocasionó que los representantes de los bandos, tomaran una postura individualista, sin escuchar las demás opiniones y, casi, privando por completo la intervención a los demás participantes. Además, esto, provocó el enfado de alguno de los representantes y el silencio de otros, debido a la rotura del clima positivo de comunicación que había anteriormente.
El encargado de moderar esta reunión, participó demasiado en las opiniones, perdiendo un poco la esencia de “moderador”. Por si fuera poco lo anteriormente citado, no animó a los demás participantes que se encontraban fuera del conflicto a seguir participando.
Todo esto, fue el resultado de una sesión que se declaró como nula puesto que no cumplía ninguna de las pautas, que, por otro lado, si “se recomiendan utilizar”, su sentido tiene.
No hay comentarios:
Publicar un comentario