El tiempo es ese bien que para muchos es preciado y que
otros derrochan y despilfarran. Para unos es oro y para otros una losa que no
cesa de pesar sobre sus hombros.
EN una reunión, el tiempo, como en otros factores determinantes,
es importante, ya que para los asistentes a la reunión, puede ser o un aliado,
o tu peor enemigo.
No hay nada más aburrido, y desquiciante que tener que
acudir a una reunión eterna, a la cual acudes, sabes a la hora que entras, pero
desconoces cuando saldrás. Por ello, es imprescindible que el tiempo se acote,
delimite o señalice de alguna forma. Esto hará que los asistentes no creen
tanta ansiedad de no saber cuándo finalizará la reunión.
Por otro lado, el tiempo puede hacer meya en el humor y en la productividad de la reunión. Reuniones largas y tediosas, harán que los asistentes se distraigan, busquen fórmulas para abandonar la reunión momentáneamente, o se dediquen a otros quehaceres. Por ello, definir bien los temas, y dedicarles el tiempo justo y necesario es primordial. Con ello, se conseguirá que los asistentes están en estado activo, participativo y receptivos en todo momento.
En conclusión, si tienes que organizar una reunión, por
favor, acota bien el tiempo para cada tema y evita que sea una reunión extensa,
o perderás a los asistentes por el camino ya que muchos desconectarán con el
paso del tiempo.
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