Las
reuniones forman parte de la vida diaria profesional, sobre todo en ámbitos
principalmente empresariales y de administración, y suponen un punto de
encuentro entre un grupo determinado de trabajadores con el fin de analizar
situaciones, solucionar conflictos y tomar decisiones sobre aspectos
relevantes. Suponen un elemento fundamental de la rutina empresarial y, sin
embargo, en muchas ocasiones parece que no se gestionan de manera idónea.
Es habitual
que se convoque a personas que no están relacionadas con el asunto a tratar, se
pueden llegar a alargar innecesariamente por centrar la atención en temas
secundarios (o por ser incapaz de abordar uno cada vez) y se tornan tediosas o
aburridas; todo ello dando la imagen de que no se han preparado como es debido.
A continuación,
indicaremos algunos consejos para llevar a cabo este encuentro con éxito, economizando
el tiempo al máximo y afectando lo menos posible a la productividad de la empresa.
1.
Valorar si la reunión es imprescindible. Preguntarse si hay otra manera de solucionar
los problemas que no implique interrumpir a nuestros trabajadores.
2.
Preparar bien los temas que se van a tratar. Prever posibles divagaciones para
saber reaccionar a ellas posteriormente y reconducir el hilo de la conversación.
3.
Informar a los participantes a la hora de convocarlos. Es necesario que todos
los asistentes hayan sido informados previamente en torno a qué temas va a
girar la reunión para que conozcan la relevancia de su presencia.
4.
Puntualidad. Tanto en el comienzo como en la finalización, es importante
respetar los tiempos. Siempre será mejor convocar otra reunión a alargar
demasiado la actual, ya que genera frustración en los trabajadores, sensación
de perder el tiempo, y desvío de la atención.
5.
Fomentar la participación. La reunión se tornará mucho más dinámica si todos ven
que aportan algo a la misma.
6.
Conclusión. Asegurarse de que quede claro y zanjado todo lo tratado en la
reunión, tanto las medidas a llevar a cabo para tratar un problema, como los
plazos y fechas de futuras acciones que se hayan establecido.
7. Seguimiento.
Siempre es positivo asegurarse de que no haya habido malentendidos con respecto
a los contenidos de la reunión. Una opción para hacer frente a esto podría ser
un correo que resuma los aspectos más destacables.
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